Las recetas de cocina son un recurso maravilloso para aprender español. Por un lado, nos enseñan vocabulario de las comidas, la cocina y los utensilios. ¡Te sorprenderá la cantidad de palabras nuevas que podés adquirir! Además, leer recetas en español te dará una idea general de la combinación de ingredientes y sabores que predominan en los países hispánicos. ¿Sabías que en Perú existen más de 3000 variedades de papa? Por otro lado, las recetas nos dan instructivos mediante el uso del modo imperativo. Suelen estar escritas en modo imperativo formal, “moje el pan en la salsa”, y en imperativo informal, “moja el pan en la salsa”.
Ejercicios que podés hacer para aprender español con recetas

1. Armar un glosario
Leé la receta, marcá las palabras nuevas con un resaltador o haciéndoles un círculo y armá un glosario bilingue. Podés armar glosarios por categorías: comidas, utensilios, modos de cocción, verbos de cocina, etc. Te recomiendo que armes esto en un Excel o Google Spreadsheets para que puedas editarlo e imprimirlo cuantas veces quieras.

2. Aprender las palabras que más se repiten
Hay ciertas palabras que se repiten frecuentemente en las recetas. Tratá de identificarlas y aprenderlas de memoria. Ya no tendrás que usar el Google Translator 500 veces cuando sigas una receta porque conocerás la mayoría de las palabras que aparecen allí.

3. Identificar el modo imperativo
Si estás aprendiendo el modo imperativo, leé una receta y tratá de identificar todos los verbos escritos en modo imperativo. Marcá las palabras con un resaltador o haciéndoles un círculo y transcribilas en tu cuaderno. Escribí al lado de la palabra su forma no conjugada (en infinitivo -ar, -er, -ir) y el pronombre que está usando (tú, vos, usted, etc.).

4. Reescribir la receta
Si la receta está escrita con verbos no conjugados, es decir verbos que terminan en -ar, -er, -ir, podés reescribir la receta con los verbos en modo imperativo formal o informal. Por ejemplo, si la receta dice “cortar la cebolla”, esto se transformaría en “corte la cebolla” (formal) o “corta la cebolla” (informal).

5. Escribir tu propia receta
Por último, te recomiendo que escribas tu propia receta. ¿Tenés alguna receta de familia que te guste mucho? ¿Te sabés alguna receta de memoria? ¿Hay algún plato que puedas cocinar con los ojos cerrados? Escribí en español esa receta especial, ese plato que tanto te gusta. Usá el modo imperativo para desafiarte aún más. Poné una foto de la comida con la receta y escribí al lado por qué esa receta es tan importante para vos (y tu familia). Conectar este proceso de aprendizaje con la parte emocional te ayudará a recordar mejor los nuevos conocimientos.
¿Querés poner tus manos a la obra?
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