A mis increíbles estudiantes: ¡Gracias!

estudiantes

Se está por cerrar el año y quiero dedicarle esta publicación a mis queridos estudiantes. ¿Cuántos estudiantes tengo? Ahora menos de diez pero tuve cientos. Más de 2100 clases que se pasaron volando en estos tres años. Hoy quiero decirles gracias por haber confiado en mí para enseñarles idiomas y gracias por todo lo que me enseñaron a mí. Acá les dejo una lista de cosas que aprendí de todos ustedes.

El amor es razón suficiente para aprender un idioma

Tuve varios estudiantes que estudian o estudiaron español por amor. Para comunicarse mejor con su pareja, con la familia de su pareja y con los amigos. Por amor a la música latina o a sus cantantes (tuve una estudiante enamorada de Maluma). Por amor y respeto a la diversidad cultural de su país: muchos estadounidenses quieren comunicarse mejor con sus compatriotas mexicanos, por ejemplo. Por amor a los viajes y a las aventuras, para poder comunicarse mejor en otros países. El amor los trajo a aprender conmigo y les agradezco por haberme elegido como su instructora.

La edad no es un límite

Mis mejores estudiantes no eran necesariamente los más jóvenes ni los más rápidos en aprender. Hoy quiero darles un aplauso a mis estudiantes de más de sesenta años que demostraron que nunca es tarde para aprender idiomas y que la edad no es un límite para lograr un progreso brillante. Gracias por toda la dedicación que se ve reflejada en sus tareas. Antes de cada clase de español estos alumnos pasan horas investigando, leyendo y escribiendo para prepararse mejor. ¡Un lujo trabajar con ustedes!

Siempre hay tiempo para estudiar

La mayoría de mis estudiantes trabajan por lo menos ocho horas por día, algunos tienen una familia que mantener, otros viajan, hacen deportes, tocan música, algunos hacen campañas políticas y aún así encuentran tiempo para hacer una clase de español. Me alegra mucho que tomen clases incluso cuando están cansadísimos y que hagan el esfuerzo para seguir aprendiendo idiomas. Es un orgullo para mí enseñarles a personas tan dedicadas como ustedes.

El alumno también es maestro

En mis clases no soy solo profesora, también soy estudiante. Aprendí de mis alumnos mucho más de lo que se imaginan. Aprendí sobre las fiestas judías, los carnavales europeos, los hermosos huevos de pascuas polacos, el Mardi Gras, las tradiciones rusas, la vida en Bélgica, las palabras del shona, la historia de los vikingos, los caimanes en Florida, la economía húngara, las comidas inglesas, los diferentes acentos en inglés, la política en los Estados Unidos, las similitudes entre el español y el portugués y el francés, las tradiciones brasileras similares a las argentinas, la vida en Italia y mucho más. ¡Gracias por compartir conmigo tantos conocimientos!

Ahora vos contame, ¿cómo te fue este año con tus clases de idiomas?, ¿qué es lo que aprendiste de tu profesor/a y/o compañeros?, ¿qué te gustaría aprender el próximo año?

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